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domingo, 31 de agosto de 2014

DESAFíOS DE LA UNIVERSIDAD EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO, CINCO AÑOS DESPUÉS DE LA CONFERENCIA MUNDIAL SOBRE EDUCACIÓN SUPERIOR


 Carlos Tünnerrnann Bernheim Marilena de Souza Chaui

 1. UNIVERSIDAD Y SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO. 

1.1 El conocimiento contemporáneo. 

 Una de las características de la sociedad contemporánea es el papel central del conocimiento en los procesos productivos, al punto que el calificativo más frecuente que suele dársele es el de sociedad del conocimiento. 
Asistimos a la emergencia de un nuevo paradigma económico-productivo en el cual el factor más importante no es ya la disponibilidad de capital, mano de obra, materias primas o energía, sino el uso intensivo del conocimiento y la información. 
 Las economías más avanzadas hoy día se basan en la mayor disponibilidad de conocimiento. 
Las ventajas comparativas dependen cada vez más del uso competitivo del conocimiento y de las innovaciones tecnológicas. 
Esta centralidad hace del conocimiento un pilar fundamental de la riqueza y el poder de las naciones pero, a la vez, estimula la tendencia a su consideración como simple mercancía, sujeta a las reglas del mercado y susceptible de apropiación privada’. 
 El conocimiento y la información, al tornarse fuerzas productivas, pasaron a integrar el propio capital, que comienza a depender, para su acumulación y reproducción, de tales factores. 
En la medida en que la hegemonía económica pertenece al capital financiero y no al capital productivo, la información prevalece por sobre el conocimiento propiamente dicho, pues el capital financiero opera con riquezas puramente virtuales, cuya existencia se reduce a la misma información. Esa situación produce, entre otros efectos, uno bastante preciso: el poder económico se basa en la posesión de informaciones que, por lo tanto, se tornan secretas y acaban constituyendo un campo de competencia económica y militar sin precedentes, a la vez que, necesariamente, bloquean los poderes democráticos, los cuales se sostienen sobre el derecho a la información -tanto el derecho de obtenerla, como el de producirla y hacerla circular socialmente. 

En otras palabras, la sociedad del conocimiento, desde el punto de vista de la información, es regida por la lógica del mercado (sobre todo financiero), de tal manera que no es propicia ni favorable a la acción política de la sociedad civil y al desenvolvimiento efectivo de informaciones y conocimientos necesarios para la vida social y cultural. 

 En resumen: la noción de sociedad del conocimiento, lejos de indicar la posibilidad de un avance importante y un desarrollo autónomo de las universidades en cuanto instituciones sociales comprometidas con la vida de sus sociedades y articuladas a poderes directos democráticos, sefiala lo contrario, esto es, tanto la heteronomía universitaria (cuando la universidad produce conocimientos destinados al aumento de informaciones para el capital financiero, sometiéndose a sus necesidades y a su lógica) como la irrelevancia de la actividad universitaria (cuando sus investigaciones son autónomamente definidas o cuando procuran responder a las demandas sociales y políticas de sus sociedades). 
El signo de la heteronomía es claro, por ejemplo, en las universidades latinoamericanas, en el área de las llamadas investigaciones básicas, donde los objetos y métodos de investigación son determinados por los vínculos con los grandes centros de investigación de los paises económica y militarmente hegemónicos, pues tales vínculos son puestos como condición para el financiamiento de las investigaciones, a la vez que como instrumento de reconocimiento académico internacional. El signo de la irrelevancia, por otro lado, aparece claramente en el deterioro y desmantelamiento de las universidades públicas, consideradas cada vez más un peso para el Estado (de ahí, el avance de la privatización, la terciarización y la masificación) y un elemento perturbador del orden económico (de ahí, la creciente desmoralización del trabajo universitario público). 
Por otra parte, existe una acentuada reducción del tiempo que media entre el nuevo conocimiento y su aplicación tecnológica, al punto que sus aplicaciones técnicas pueden llegar a determinar el contenido de la investigación científica, con posibles repercusiones para el carácter ”desinteresado“ tradicional de la investigación básica. 
El conocimiento contemporáneo presenta, entre otras características, las de un crecimiento acelerado, mayor complejidad y tendencia a una rápida obsolescencia. La llamada ”exolosión del conocimiento” es, a la vez, cuantitativa y cualitativa, en el sentido de que se incrementa aceleradamente la cantidad de conocimiento disciplinario y, al mismo tiempo, surgen nuevas disciplinas y subdisciplinas, algunas de carácter transdisciplinario. De ahí que se hable también de una ”explosión epistemológica“. 
Según cifras de J. Appleberry, citado por José Joaquín Brunner, el conocimiento de base disciplinaria y registrado internacionalmente demoró 1.750 años en duplicarse por primera vez, contado desde el inicio de la era cristiana; luego, duplicó su volumen cada 150 y después cada 50. Ahora lo hace cada 5 años y se estima que para el año 2020 se duplicará cada 73 días’. Se estima que cada cuatro años se duplica la información disponible en el mundo; sin embargo, como señalan los analistas, solo somos capaces de prestar atención a entre un 5% y un 10% de esa información. 
Las cifras referidas a la cantidad y la velocidad de los conocimientos, cifras que proceden de la publicación de artículos en los que se presentan descubrimientos científicos, puede llevarnos todavía a una reflexión adicional: 
¿la cantidad de descubrimientos implicó un cambio en la definición de una ciencia? 

Dicho en otras palabras: la química, la matemática, la biología y la historia (para quedarnos con los ejemplos de Brunner), ¿fueron redefinidas en cuanto a sus objetos, métodos y procedimientos, de tal manera que podríamos decir, por ejemplo, que hoy, el cambio epistemológico en la química equivaldría al cambio de la alquimia para la química del siglo XVII? [O que hoy, el cambio epistemológico en la historia equivaldría a aquel que, en el siglo XIX, rompió con la tradición historiográfica de narrativa de los memorabilia, condujo a separar naturaleza y cultura, a considerar la historicidad como el modo de ser del hombre y a buscar una solución para el tema clásico (que define la historia desde Heródoto y Teucídides) de la alternativa entre contingencia y necesidad?

O aún más: sabemos que el cambio epistemológico fundamental entre la ciencia clásica y la contemporánea (siglo XX) se encuentra, por un lado, en el hecho de que la primera juzgaba alcanzar las cosas tal como son en sí mismas, mientras que la segunda no titubea en considerar a sus objetos como construcciones, y por otro lado, en el hecho de que la ciencia clásica juzgaba operar con ....>>>


“La riqueza, afma J. Rifkin, no reside ya en el capital físico sino en la imaginación y la creatividad humana”. Rifkin, J: Lu era del ucceso, Paidós, Buenos Aires, 2000. El capital intelectual, afman los especialistas en Ciencias Administrativas, deviene en el principal activo de las empresas. Se estima que más del 50% del PIB de las mayores economías de la OECD se halla ahora basado en conocimientos.

* Brunner, José Joaquín: “Peligro y promesa: la Educacibn Superior en América Latina”, ensayo incluido en el libro colectivo: Educacibn Suuerior latinoamericana y orzanhmos internacionales - Un análisis crítico, (F. López Segrera y Alma Maldonado, Coordinadores), UNESCO, Boston College y Universidad de San Buenaventura, Cali, 2000 p. 93 y sigts. Para algunas disciplinas, en este mismo ensayo, J.J. Brunner ilustra el crecimiento del conocimiento con algunos ejemplos tomados de varios autores: ‘‘Química: Desde comienzos de los años 90, más de 1 millón de artículos aparecen en las revistas especializadas cada 2 años (Clark 1998). Entre 1978 y 1988, el número de sustancias conocidas pasó de 360 mil a 720 mil, alcanzando en 1998 a 1.7 millones (Salmi 2000). Biología: En 1977, al diseñarse el método para determinar la secuencia de base del ADN, era posible determinar la secuencia de 500 bases por semana. Hoy, con el perfeccionamiento y robotización de dicho método, es posible determinar un millón de bases por día (Allende 2000). Matemáticas: Cada año se dan a conocer más de 100 mil nuevos teoremas (Madison 1992). Historia: La disciplina produjo en dos decadas -entre 1960 y 1980- más publicaciones que en todo el período anterior desde la historiografía clásica de Grecia (Van Dijk 1992). En el área de administración de negocios han estado apareciendo en los últimos años 5 títulos de libros por día (Clark 1998)”. “Si la vida del Horno Sapiens sobre la tierra hubiese durado una hora, el 95% de su saber provendría de los últimos 20 segundos, nos dice Hemando Gómez Buendia, en “La Educación. La Agenda del siglo XXT’. Hacia un desarrollo humano, TM Editores, Bogotá, 1998. 
1 “La riqueza, afma J. Rifkin, no reside ya en el capital físico sino en la imaginación y la creatividad humana”. Rifkin, J: Lu era del ucceso, Paidós, Buenos Aires, 2000. El capital intelectual, afman los especialistas en Ciencias Administrativas, deviene en el principal activo de las empresas. 
Se estima que más del 50% del PIB de las mayores economías de la OECD se halla ahora basado en conocimientos.

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