¿Qué define a un hombre educado?
¿El número de títulos que posee?
¿El amplio de su vocabulario?
¿La cantidad de libros que ha leído?
Las cualidades que constituyen a un hombre educado pueden ser muchas y largamente debatidas. Es por eso que me voy a centrar en la descripción que hace el comandante Edward Whitehead (el hombre schweppes) en el libro “Live the Good Life”.
Dijo:
“Podemos definir al hombre educado como aquel que puede entrenerse a si mismo, que puede entretener a otro, y que puede entretener con una idea nueva”
Vamos a elaborar cada una de las 3 características.
1. Puede entrenerse a si mismo
“Sólo se aburren aquellos quienes lo quieren todo hecho para ellos” – Billy Graham
¡Qué aburrimiento! es una de las frases más repetidas por niños durante sus vacaciones. Los niños esperan que sus padres sean capaces de entretenerles para curar su aburrimiento (Si tu madre fuese como la mía, siempre tendrías que oir la clásica “Qué tal si limpias tu habitación?”).
Desafortunadamente, hay hombres que nunca maduran ni superan esa necesidad de ser entretenidos por otros, y en consecuencia no desarrollan la capacidad de entretenerse solos. Es el tipo que baja la cabeza en una cena mientras la gente hace la sobremesa, el que viene a visitarte y no tiene ni la menor idea de qué hacer en tu ciudad; dejándo toda la planificación para tí.
Desafortunadamente, hay hombres que nunca maduran ni superan esa necesidad de ser entretenidos por otros, y en consecuencia no desarrollan la capacidad de entretenerse solos. Es el tipo que baja la cabeza en una cena mientras la gente hace la sobremesa, el que viene a visitarte y no tiene ni la menor idea de qué hacer en tu ciudad; dejándo toda la planificación para tí.
El motivo por el que los niños tienden a aburrirse no es la falta de opciones para entretenerlos -normalmente están rodeados de juguetes y juegos- sino por la falta de atención e interés. Jugan a algo o con algo durante un rato, luego cambian a otro juego, y al final no saben qué más hacer. El hombre educado sabe inducirse en una tarea, un hobby, una conversación, o un libro por que ha desarrollado la capacidad de concentrarse.
“La gente aburrida, lo es principalmente de ellos mismos.” –Eric Hoffer
En los tiempos que corren, con un iPhone en mano, no es complicado entretenerse. Cualquiera puede navegar o escribir whatsapps y así matar el aburrimiento. El verdadero reto para el hombre educado moderno resulta en entretenerse cuando la tecnología no está disponible o no está socialmente aceptado que la saques a relucir.
¿Puedes entretenerte en un tostón de reunión, en un camping, o en una conversa de sobremesa entre suegros?
Un hombre educado puede, y lo hace. Irónicamente, mediante la habilidad -tan importante en la juventud- de la curiosidad. El hombre educado is insaciablemente curioso sobre el mundo que le rodea a él y a los demás. En cualquier situación verá la oportunidad de aprender, estudiar y observar. Si se encuentra sin su iPhone o sin compañía atrapado en alguna situación, usará el tiempo necesario para desenredar el problema filosófico con el que se está peleando; la mente de un hombre educado está formada por un cúmulo de ideas que pueden salir al rescate de situaciones comprometidamente aburridas.
¿Puedes entretenerte en un tostón de reunión, en un camping, o en una conversa de sobremesa entre suegros?
Un hombre educado puede, y lo hace. Irónicamente, mediante la habilidad -tan importante en la juventud- de la curiosidad. El hombre educado is insaciablemente curioso sobre el mundo que le rodea a él y a los demás. En cualquier situación verá la oportunidad de aprender, estudiar y observar. Si se encuentra sin su iPhone o sin compañía atrapado en alguna situación, usará el tiempo necesario para desenredar el problema filosófico con el que se está peleando; la mente de un hombre educado está formada por un cúmulo de ideas que pueden salir al rescate de situaciones comprometidamente aburridas.
2. Puede entretener a un amigo
¡Si alguien carece de habilidades para auto-entretenerse, suerte tiene de tener un amigo que sea educado para entretenerle!
El hombre educado es el alma de la fiesta, el hombre que mantiene la conversación viva y es conocido por ser irremediablemente interesante.
Es capaz de hacerlo por el sinfin de experiencias que ha tenido, visto o leído. Tiene un arsenal de historias sobre sus viajes y aventuras listas para entretener. Está al corriente de las últimas noticias e historias interesantes del mundo de la ciencia. No importa cómo de grande sea el grupo, el hombre educado siempre conoce una historia que gustará a todos ellos.
Abraham Lincoln es un buen ejemplo de hombre educado capaz de entretener a los demás. A pesar de tener sólo 1 año de formación académica, dedico su vida a la lectura y aprendizaje. Como resultado desarrolló la capacidad de hablar con quien fuese sobre lo que fuere siendo capaz de entretenerlos. Además, tal y como decía Adeline Judd -mujer de Lincoln- “Like all truly great men he was a good listener.”
El hombre educado sabe de humanidad, comportamiento y psicología, y por eso conoce lo que le gusta a la gente cuando éstos están interesados en él.
El hombre educado es capaz de contar un buen chiste y hacer reir a la gente. Ser educado no implica ser serio, correcto o simplemente interesante, hay que caer simpático y sacar las sonrisas de aquellos que te escuchan.
3. Puede entretener con una idea nueva
Ésta puede parecer la más fácil… ¿Tan difícil es tener la mente abierta?
Estudios recientes sobre el comportamiento y funcionamiento de nuestra mente demuestran que, lejos de ser los seres racionales que creemos que somos, nuestro subconsciente moldea nuestras ideas, creencias y motivaciones de manera irracional.
Por ejemplo, el “efecto rebote” que experimentamos cuando se nos presenta una evidencia que contradice nuestras creencias, y en lugar de cambiar nuestra manera de pensar nos aferramos a nuestra obstinación. O el llamado efecto “sesgo de confirmación” que nos hace buscar y prestar atención sólamente a la información que reafirme nuestros conocimientos preexistentes, mientras ignoramos aquella que contradice a dichos conocimientos, por el simple hecho de que ya hemos invertido tiempo, dinero o emociones en ello.
Por ejemplo, el “efecto rebote” que experimentamos cuando se nos presenta una evidencia que contradice nuestras creencias, y en lugar de cambiar nuestra manera de pensar nos aferramos a nuestra obstinación. O el llamado efecto “sesgo de confirmación” que nos hace buscar y prestar atención sólamente a la información que reafirme nuestros conocimientos preexistentes, mientras ignoramos aquella que contradice a dichos conocimientos, por el simple hecho de que ya hemos invertido tiempo, dinero o emociones en ello.
En otras palabras, nuestras mentes ven nuestras ideas personales como un gran tesoro, y a las ideas que nos contradicen como piratas; cuando nuestro inconsciente sistema de seguridad las detecta, deja salir a los perros y cierra las puertas.
Al enfrentarnos a ideas nuevas, nuestro cerebro se cierra literalmente a aquellas personas hasta que no oímos algo o alguien que nos confirme aquello que en lo que creemos. ----------- Todo esto para decir que, la abilidad para entretener con ideas nuevas puede no surgir de manera natural. Tu mente ha de ser capaz de apagar los mecanismos de seguridad del subconsciente y decir, “Vale, ya sé lo que está pasando aquí. Voy a intentar no ser demasiado fugaz. No sé si es un pirata o un nuevo amigo. ¿Por qué no comprobarlo?”
Al enfrentarnos a ideas nuevas, nuestro cerebro se cierra literalmente a aquellas personas hasta que no oímos algo o alguien que nos confirme aquello que en lo que creemos. ----------- Todo esto para decir que, la abilidad para entretener con ideas nuevas puede no surgir de manera natural. Tu mente ha de ser capaz de apagar los mecanismos de seguridad del subconsciente y decir, “Vale, ya sé lo que está pasando aquí. Voy a intentar no ser demasiado fugaz. No sé si es un pirata o un nuevo amigo. ¿Por qué no comprobarlo?”
Entretenerse con una idea nueva no significa necesariamente aceptar y cambiar tus creencias cada vez que se presenta un punto de vista diferente al tuyo. Tal y como se ha dicho, “Abre tu mente, pero lo justo para no perderla”.
Dicho esto, deberías entretener con ideas nuevas de la misma manera que entretienes a un invitado. Habla con el de manera abierta, desde una cierta distancia. Si te intriga, invítale a tener una conversa más cercana. Pasa tiempo para conocerle. Y si resulta ser una manzana ácida, prívale de tu compañía. Pero recuerda que, a veces, la persona con la que creías no tener nada en común acaba conviertiéndose en tu mejor amigo.
El hombre educado tiene la facilidad de verlo así. Sus experiencias variopintas y estudios le han dado múltiples oportunidades de ver cómo la información que ha recibido ha cambiado su opinión -incluso cuando esas ideas y creencias llevan mucho tiempo en su mente-. El hombre que busca cobijo en gente como él, que sólo lee cosas para confirmar sus ideas preconcebidas nunca va a tener la oportunidad de vivir experiencias que le cambien la manera de ver el mundo, y va a entender a los demás como una amenaza. A ese hombre, tiéndele la mano con la seguridad de saber que estas en el otro lado de su foso repleto de cocodrilos.
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