La principal preocupación de Sócrates era la conducta degradada de los subciudadanos, por este motivo, enfoco su curiosidad intelectual en el ser humano y su capacidad que tenia éste de conocer la verdad.
Escribe el tema que buscas en este blog
jueves, 18 de julio de 2013
MURO DE NUBES: Haciendo nubes en una botella: Recursos didácticos...
MURO DE NUBES: Haciendo nubes en una botella: Recursos didácticos...: Hacer nubes en el aula: Con esta entrada queremos incluir un posible experimento a realizar en un aula de primaria ...
Por qué es tan malo Paulo Coelho, por Héctor Abad Faciolince
Héctor Abad Faciolince |
Traducido a 56
idiomas, publicado en 150 países, con más de 54 millones de libros vendidos, a
Paulo Coelho hay que reconocerle al menos una virtud: es una mina de oro para
sí mismo y para las editoriales.
En su viaje hacia
las tumbas de los faraones el alquimista le ha revelado al muchacho otro
secreto: “Cada hombre sobre la faz de la tierra tiene un tesoro que lo está
esperando”. Luego le explica que si no todos encontramos este tesoro personal,
es porque “los hombres ya no tienen interés en encontrarlo”. Sospecho que
muchos desgraciados se consuelan creyendo semejante ingenuidad. Vista descarnadamente,
es sólo una simpleza o una pía ilusión.
Sin embargo hay algo que tenemos que conceder, y es que sin duda Paulo Coelho encontró su propio tesoro, en cierto sentido su piedra filosofal: la ralladura sosa y rosa y empalagosa de su prosa se convierte —como por arte de magia— en oro editorial, en millones de copias de consumo masivo de mediocridad.
Pero ¿cómo lo hace? ¿Y por qué, siendo un escritor tan rudimentario en el uso del lenguaje, tan pobre en el pensamiento y tan elemental en sus recursos estilísticos, consigue tocar la sensibilidad de tanta gente?
Sin embargo hay algo que tenemos que conceder, y es que sin duda Paulo Coelho encontró su propio tesoro, en cierto sentido su piedra filosofal: la ralladura sosa y rosa y empalagosa de su prosa se convierte —como por arte de magia— en oro editorial, en millones de copias de consumo masivo de mediocridad.
Pero ¿cómo lo hace? ¿Y por qué, siendo un escritor tan rudimentario en el uso del lenguaje, tan pobre en el pensamiento y tan elemental en sus recursos estilísticos, consigue tocar la sensibilidad de tanta gente?
No voy a dar la respuesta más obvia e inmediata, la
que todos dan:
Si Coelho vende por sí solo más libros que todos los demás escritores brasileños juntos, esto se debe precisamente a que sus libros son tontos y elementales. Si fueran libros profundos, complejos literariamente, con ideas serias y bien elaboradas, el público no los compraría porque las masas tienden a ser incultas y a tener muy mal gusto.
Si Coelho vende por sí solo más libros que todos los demás escritores brasileños juntos, esto se debe precisamente a que sus libros son tontos y elementales. Si fueran libros profundos, complejos literariamente, con ideas serias y bien elaboradas, el público no los compraría porque las masas tienden a ser incultas y a tener muy mal gusto.
Claro que en los millones de
ejemplares vendidos hay algo de esto.
Pero también existen muchísimos libros
tan malos como los de Coelho que no tienen ningún éxito y, al contrario, hay
unos cuantos libros excelentes y literariamente impecables que se venden por
millones.
En vez de tranquilizarnos con respuestas facilistas y tautológicas
(el vulgo es vulgar, el mercadeo vende), conviene examinar con cuidado los
libros de Coelho y no desdeñarlos de entrada con altivo esnobismo. Me he
impuesto el ejercicio de leerlos para tratar de descubrir en qué estrategias
temáticas y narrativas podría residir su extraordinario éxito editorial.
La primera respuesta que me di, apenas empezando la
lectura de algunos de sus libros, fue que quizá Coelho disfrazaba de misterio y
asombro las puras tonterías. Oigan esta, por ejemplo:
“Era un día caluroso y el vino, por uno de estos misterios insondables, conseguía refrescar un poco su cuerpo”.
De verdad, qué misterio insondable que un líquido quite la sed. Después me di cuenta de que sus técnicas narrativas no se agotan en la simple estupidez; son algo más hábiles y algo menos burdas.
“Era un día caluroso y el vino, por uno de estos misterios insondables, conseguía refrescar un poco su cuerpo”.
De verdad, qué misterio insondable que un líquido quite la sed. Después me di cuenta de que sus técnicas narrativas no se agotan en la simple estupidez; son algo más hábiles y algo menos burdas.
Para empezar, los
libros de Coelho explotan hábilmente un universal humano: nuestra fascinación
por los poderes de adivinación y conocimiento sobrenaturales. Ya Thomas Hobbes
en su clásicoLeviatán (1651) señalaba la irresistible atracción
(y por lo tanto el fácil engaño) que padecemos los seres humanos ante todo tipo
de presagios. Es una tradición muy antigua (una socorridísima mina de oro, una piedra filosofal) explotar esta debilidad de nuestra
psicología. Copio el resumen que hace Hobbes de estos engaños, el cual es
preciso y exhaustivo, y parece a su vez un resumen de las técnicas de seducción
esotérica que Coelho utiliza en sus libros:
“Así se hizo creer
a los hombres que encontrarían su fortuna en las respuestas ambiguas y absurdas
de los sacerdotes de Delfos, Delos, Ammon y otros
famosos oráculos, cuyas respuestas se hacían deliberadamente ambiguas para que
fueran adecuadas a las dos posibles eventualidades de un asunto (…).
A veces en las frases desprovistas de significado de los locos, a quienes se suponía poseídos por un espíritu divino: a esta posesión se la llamaba entusiasmo, y a estos modos de predecir acontecimientos se les denominaba teomancia o profecía. A veces en el aspecto que presentaban las estrellas en su nacimiento, a lo cual se llamaba horoscopia. A veces en sus propias esperanzas y temores, en lo llamado tumomancia o presagio. A veces en las predicciones de los magos, que pretendían conversar con los muertos, a lo cual se llamabanigromancia, conjuro y hechicería, y no es otra cosa sino impostura y fraude. A veces en el vuelo casual o en la forma de alimentarse las aves, lo que llamaban augurio. A veces en las entrañas de los animales sacrificados, a lo que llamaban aruspicina. A veces en los sueños; a veces en el graznar de los cuervos o el canto de los pájaros. A veces en las líneas de la cara, a lo que se llamaba metoposcopia; o en las líneas de la mano, palmisteria; o en las palabras casuales, omina. A veces en monstruos o accidentes desusados, como eclipses, cometas, meteoros raros, temblores de tierra, inundaciones, nacimientos prematuros y cosas semejantes, lo que se llamabaportenta y ostenta, porque parecían predecir o presagiar alguna gran calamidad venidera. A veces en el mero azar, como en el acertijo de cara y cruz, en el juego de elegir versos de Homero y Virgilio, y en otros vanos e innumerables conceptos análogos a los citados. Tan fácil es que los hombres crean en cosas a las cuales han dado crédito otros hombres; con donaire y destreza puede sacarse mucho partido de su miedo e ignorancia”.
Veamos de qué
manera, “con donaire y destreza”, Paulo Coelho le saca partido a nuestra
credulidad, a nuestras debilidades y a nuestra ignorancia. Me limitaré
inicialmente a El alquimista, su obra más leída,
pero el mismo procedimiento se puede rastrear en otros libros suyos. El pastor
de ovejas andaluz, al principio del cuento, tiene un sueño y va donde una
adivina para hacérselo interpretar. Qué deleite; la gitana no sólo le
interpreta el sueño (“los sueños son el lenguaje de Dios”) sino que también le
lee la mano. Los sueños del protagonista son el leitmotiv del
libro, y es a través de ellos como poco a poco se acerca a su tesoro en el
periplo Andalucía-Pirámides-Andalucía.
Para que un mago cobre prestigio como persona capaz
de predecir el futuro, mucho le conviene obrar el prodigio de adivinar el
pasado. Éste es el paso siguiente en el libro de Coelho: un adivino escribe
sobre la arena los episidios más significativos del pasado del joven
protagonista, incluyendo la primera vez que se hizo la paja. Cabe aclarar que
esta íntima revelación se expresa con palabras mucho más recatadas: “Leyó cosas
que jamás había contado a nadie, como (…) su primera y solitaria experiencia
sexual”.
El tono sapiente (de una sapiencia falsa, pero en
fin) y el ambiguo lenguaje oracular se van soltando en pequeñas dosis a lo
largo del libro. Les copio algunos ejemplos: “Cuando deseas alguna cosa, todo
el Universo conspira para que puedas realizarla”; “La vida quiere que tú vivas
tu Leyenda Personal”; “Todo es una sola cosa”; “Existe un lenguaje que va más
allá de las palabras”; “Dios escribió en el mundo el camino que cada hombre
debe seguir: sólo hay que leer lo que Él escribió para ti”; “Cualquier cosa en
la faz de la tierra puede contar la historia de todas las cosas”. Pero además
de este tipo de enseñanzas baratas, de seducción infalible a pesar de su pésimo
gusto intelectual, el uso de la magia tradicional también va apareciendo
capítulo tras capítulo. Así, el protagonista, al promediar el libro, “acompaña
con los ojos el movimiento de los pájaros”. Mira las aves: “De repente, un
gavilán dio una rápida zambullida en el cielo y atacó al otro. Cuando hizo este
movimiento, el muchacho tuvo una súbita visión: un ejército, con las espadas
desenvainadas, entraba en el oasis”. Es el clásico augurio, aunque bastante
tosco, pues en vez de descifrar el acertijo del vuelo de los pájaros, al pastor
le basta verlo para tener visiones.
Hay un ingrediente adicional que hace más eficaz el
recurso al pensamiento esotérico. Para volverlo doctrinalmente inofensivo, para
despojarlo de todo peligro satánico, Coelho lo combina con dosis adecuadas de
cristianismo tradicional: citas de la Biblia, cuadros del Sagrado Corazón de
Jesús, rezos del Padrenuestro… El público mayoritario no se siente en pecado
porque lee herejías, y el narrador, al tiempo que se hace pasar por alguien
dotado de poderes paranormales (capaz incluso de telepatía), deja saber que él es
también un buen cristiano, a pesar de sus coqueteos con la magia.
Hasta aquí algunos
elementos temáticos que ayudan a entender, en parte, el favor de Coelho entre
los lectores. Pero además de lo temático, conviene señalar también algunas
estrategias narrativas del autor brasileño. Sus técnicas para ir tejiendo la
trama son tan elementales que me recordaron de inmediato el estudio clásico
sobre las formas canónicas del cuento infantil. Vladimir Propp, uno de los
padres de la narratología, publicó en Leningrado su monumental Morfología del cuento infantil (1928).
El
principal mérito de este gran trabajo consiste en haber hallado, por encima de
los argumentos superficiales de cada cuento, una serie de elementos formales
repetitivos. Mirados al microscopio, es posible descubrir que en todos los
cuentos de hadas los personajes, por distintos que sean, acometen siempre las
mismas acciones, se ven envueltos en situaciones o “motivos” análogos. Como
señala Propp, “cambian los nombres de los personajes, pero no sus acciones, o
funciones, por lo que se puede concluir que el cuento le atribuye operaciones
idénticas a personajes distintos”.
No voy a decir que
Coelho leyó a Propp, estudió cuáles son las “funciones” más elementales del
relato tradicional descubiertas por el ruso, y con esta receta se dedicó a
escribir el oro en polvo de sus novelas. Eso sería muy sofisticado. La cosa es
más simple: Coelho usa, intuitivamente y con alguna destreza, las estructuras
más primitivas del cuento infantil. Tomen ustedes cualquiera de los libros de
Coelho y verán lo fácil que resulta identificar situaciones como las
siguientes, señaladas por Propp en su Morfología: “El
héroe abandona la casa”; “el héroe es puesto a prueba o interrogado”; “el héroe
se pone en contacto con alguien que le dará un don”; “el héroe recibe un objeto
mágico”; “el héroe cae en desgracia”; “el héroe se traslada o es llevado al
lugar donde está el objeto de su búsqueda”; “el héroe lucha con un
antagonista”; “el héroe regresa”; “el antagonista es castigado”; “el héroe se
casa y sube al trono (u obtiene grandes riquezas)”.
Es inútil cansarlos con los ejemplos detallados en
que las historias de Coelho parecen calcar literalmente estos esquemas
elementales. Les puedo asegurar que, al menos en sus primeros libros, el
brasileño repite paso a paso las estructuras narrativas reveladas por el gran
formalista ruso hace casi un siglo (y éstos sí que son pronósticos: Propp no
sólo describió la tradición popular, sino que anticipó las recetas de un gran
éxito editorial).
Los libros más
recientes de Coelho, por ejemplo el último, Once minutos (2003),
son un poco menos rudimentarios que aquellos primeros títulos que lo lanzaron a
la fama. En este caso la trama, nutrida por algunos elementos realistas (para
esta novela Coelho usó el testimonio de prostitutas existentes), es menos
infantil, menos predecible. En todo caso es posible que el inevitable
desencanto que viene con los años haya hecho que este último libro de Coelho
sea menos ingenuo.
Pero el buen gusto estético e intelectual es muy difícil de adquirir, y por lo mismo Once minutos (el cálculo de Coelho de lo que dura un coito), aunque menos esquemático, es un libro incluso más cursi que los anteriores. No quiero afirmar nada que no pueda demostrar con citas textuales.
¿Cuántos ejemplos necesitan para convencerse de la irremediable cursilería de Once minutos?
Podría usar un número mágico, de esos que les encantan a los autores de cuentos infantiles, siete, o tres. Para no exagerar, me voy a limitar a tres momentos:
Pero el buen gusto estético e intelectual es muy difícil de adquirir, y por lo mismo Once minutos (el cálculo de Coelho de lo que dura un coito), aunque menos esquemático, es un libro incluso más cursi que los anteriores. No quiero afirmar nada que no pueda demostrar con citas textuales.
¿Cuántos ejemplos necesitan para convencerse de la irremediable cursilería de Once minutos?
Podría usar un número mágico, de esos que les encantan a los autores de cuentos infantiles, siete, o tres. Para no exagerar, me voy a limitar a tres momentos:
1. La protagonista (prostituta brasileña que
trabaja en Suiza, y la sola situación es ya de un sentimentalismo
telenovelesco), se encuentra con un pintor joven que la invita a su casa. Ella
observa que la casa es grande y está vacía. Entonces concluye: “Debía de tener
dinero de verdad. Si estuviese casado no osaría hacer aquello porque siempre
había gente mirando. Entonces era rico y soltero”.
2. En el final feliz de la novela este mismo pintor
se le aparece a la muchacha con flores: “Ralf llevaba un ramo de rosas, y los
ojos llenos de luz que ella había visto el primer día, cuando la pintaba”.
El rico y soltero que en la última página se
aparece con un ramo de rosas y se lleva a la muchacha a conocer París es una
situación tan perfectamente cursi que, por kitsch, creo que ni Corín Tellado se
atrevería a ponerla en una fotonovela. Pero al promediar el libro hay otro
momento todavía peor:
3. La prostituta le hace un regalo al pintor del
que se empieza a enamorar. Abre el bolso y busca su bolígrafo. Dice: “Tiene un
poco de mi sudor, de mi concentración, de mi voluntad, y ahora te lo entrego.
(…) Tú tienes mi tesoro: el bolígrafo con el que he escrito algunos de mis
sueños”.
Fuera de la ridiculez de la frase, que es única,
hay algo todavía más perturbador: al leerla uno se imagina que el autor está
copiando aquí su propia vida. Me parece ver la escena; el multimillonario que
ha vendido 54 millones de ejemplares con tantas revelaciones de su estro
poético, le muestra a una muchacha el objeto mágico (y fálico) con que la va a
conquistar. Le dice, pensando ya en el colchón de la suite que los espera: “Te entrego
mi tesoro: el bolígrafo con el que he escrito algunos de mis sueños”. Debe
tener un bolígrafo para cada día, cada hotel y cada viaje. Y algo más triste:
seguramente algunas víctimas, igual que miles de lectores, se dejarán
conquistar con semejante frase y semejante halago. Claro que esto último es lo
único que no puedo demostrar de todo lo que he dicho sobre Coelho en este
artículo. Esta última situación tan sólo la supongo y es sólo una hipótesis sin
fundamento, producto de una mente malpensada; todo lo demás lo he tomado
directamente de sus libros.
***
Texto publicado en El Malpensante (2003)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
PÁGINAS DEL BLOG
- Página principal
- La educación universitaria que requiere el Perú de...
- INVESTIGACION EN EDUCACION SUPERIOR
- Construcción de una cultura científica
- "Las matemáticas siempre han ayudado al progreso d...
- ‘La cultura científica tiene un extraordinario val...
- La evaluación PISA y las actitudes relacionadas co...
- MARCO DE ACCION PRIORITARIA
- DECLARACION MUNDIAL SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR
- Las 1000 mejores Escuelas de Negocios
- RANKING MUNDIAL: Las 12,000 mejores universidades ...
SPOTS (Entradas) del blog
-
►
2021
(10)
- ► septiembre (2)