Los cuatro pilares Delorsianos, las cinco mentes de Gardner y los siete saberes de Morin: Viejos y nuevos paradigmas para humanizar la Educación del futuro
Grégory Alfonso García Morán. Colombia. IBERCIENCIA. Comunidad de Educadores para la Cultura Científica.
Grégory Alfonso García Morán. Médico, educador, intelectual, investigador, divulgador, historiador y autor literario. Profesor Experto Genética, Bioquímica, y Biología Celular y Molecular. Profesor Experto Farmacología-Terapéutica. Coordinador y Profesor Cátedra Historia de la Medicina y Cultura Médica. Facultad de Medicina, Fundación Universitaria Sánitas. Miembro Instituto de Investigación, Grupo Medicina Translacional, Fundación Universitaria Sánitas-Colsánitas (Bogotá, DC. Colombia)
Grégory Alfonso García Morán. Médico, educador, intelectual, investigador, divulgador, historiador y autor literario. Profesor Experto Genética, Bioquímica, y Biología Celular y Molecular. Profesor Experto Farmacología-Terapéutica. Coordinador y Profesor Cátedra Historia de la Medicina y Cultura Médica. Facultad de Medicina, Fundación Universitaria Sánitas. Miembro Instituto de Investigación, Grupo Medicina Translacional, Fundación Universitaria Sánitas-Colsánitas (Bogotá, DC. Colombia)
Prolegómenos
¡La Educación siempre será el tema en cuestión! Cunde la duda si en este momento vamos por buen camino o si hay una concreta y evidente necesidad de hacer cambios hacia futuro.
Aparentemente hoy en los albores de la Globalización, de la Sociedad de la Información y del Conocimiento, de la era digital -lo binario, lo digital, la web, la informática, la telemática-, y el nadir del Siglo XXI, la gran mayoría de los que somos contemporáneos y coterráneos de y en la Gaia (“Un punto azul pálido”, tema y título de un libro del físico Carl Sagan), aquellos que nacimos en lo que se acepta arbitrariamente como la transición entre un segundo y un tercer milenio, nos es perceptible e intelectivo el haber llegado plausiblemente a una cierta cúspide de desmedro científico, incluso con cierto atrevimiento hablamos que como especie (Homo sapiens sapiens), tenemos el potencial de trabajar y modificar la materia y la energía, en órdenes de potencias de diez(10n) mucho más por debajo de lo que es la escala de lo que es aparentemente el rango de lo humano, y es entonces que envalentonadamente vociferamos sobre lo nuclear, lo atómico, lo molecular, lo celular, lo nanoscópico, lo mesoscópico…etc. No obstante, la discusión en sí misma sobre la naturaleza de lo trascendental, de lo referente al nos, de lo relacionado a los habitantes de la antroposfera, sigue siendo punto de pugna e ignorancia, de la que solemos con cierta sinvergüencería no escamotear en elogios académicos e intelectuales, para ocultar nuestra perplejidad ante ello o dejamos tales discusiones a dioses míticos y musas, pero lo cierto es que como especie nos aproximamos hoy mucho más a la razón misma de la físico-química de nuestro universo, pero en igual forma pareciera que nos alejáramos de la realidad humana, de la realidad de estos entes no sólo biológicos (biosfera) que somos, sino con una esfera virtual, de lo psíquico, de lo social, es decir la Noosfera de la cual teorizó inicialmente el filósofo cosmista ruso Vladimir Ivanovich Vernadsky y posteriormente el filósofo y teólogo francés Pierre Teilhard de Chardin.
Lo cierto es que los que estamos involucrados en la gestión del conocimiento -educadores, investigadores, líderes educativos y los estados-, debemos concertar en correlato a cómo queremos el futuro. Se debe debatir la dinámica de la Información, la Comunicación, la Educación y el Conocimiento, desde propuestas que encierren las perspectivas aunadas del pensamiento sistémico y desde el pensamiento complejo. Hoy resulta ser una verdad que la Educación deberá afianzarse y a la vez perseguir el amor, la ética, la creatividad y la espiritualidad, pero si se es holista y debemos serlo, pues contextualizemos esta dinámica en la Fenomenología de la Educación, donde confluyen precisamente estos 4 gigantes inermes que nos ganan todas las batallas cuando “intentamos objetivarlos”, y en objetivarlos, monoconceptuarlos y pragmatizarlos, ha estado quizás el error fatal. La Educación sigue siendo ese anatema, para el cual aún no tenemos fórmulas válidas, quizás es de las temáticas de lo humano, sobre la cual se han propuesto más alternativas teóricas y/o prácticas -técnicas, tecnologías, metodologías y modelos-, han surgido corrientes y más corrientes filosóficas, estrategias pedagógicas, epistemológicas, psicológicas, teológicas, sociológicas o antropológicas… yo auguro que seguirá siendo así por mucho tiempo. Sí, es probable que la Educación en sí misma es muy problémica y dinámica (…hoy se le suma a la ecuación lo digital, lo virtual..), pero también es muy probable que simplemente no la entendemos, intentamos fragmentarla, nos hemos enceguecido tratando de mirarla y no verla, como la unidad que es, y estamos mirándola desde cada disciplina y desde cada propuesta y corriente, y sólo encontramos no más que dioramas desarticulados, a ojos neófitos quizás novedades y avances llamativos, pero siempre descontextualizados, y los enfoques reduccionistas, singularistas, no relacionales, monodisciplinares y antropocéntricos que explican el todo en razón de sus partes, se quedan cortos y deficientes.
Re-pensando lo pensado para re-formar y re-dimensionar el futuro
El gran biólogo francés Jacques-Lucien Monod (premio Nobel en 1965 por sus descubrimientos en el área de la genética), elabora una serie de ensayos fuertes, pronunciados entre 1969-1970 en el Pomona College de California, donde se manifiesta su talento visionario desde las ciencias biológicas, al recalcar que el deber de los hombres es enfrentar desde cualquiera que sea su disciplina, a la cultura contemporánea, para así desarraigar una falsa separación y antítesis entre lo biológico, lo filosófico, lo político…etc. El informe Delors, y los intelectuales Howard Gardner (Psicólogo, pedagogo e investigador norteamericano), y Édgar Morin (filósofo y político francés-judeo-español) abanderan esta perspectiva renovadora, explicando el por qué hay que hacerlo así, las bondades de tal directriz, y el redimensionamiento de todo aquello que directa o indirectamente está inmerso en la Educación, la Pedagogía y la Docencia, no sólo desde el ámbito escolar, sino desde criterios que involucren un cambio en creencias, valores, y actitudes, desde lo ciudadano y lo social, proponiendo entonces estrategias y maneras de pensar y repensar el arte y la ciencia de lo divino y lo humano que fundamenta y escencializa a la Educación, su sustancia y sustrato, en el menester y en la cotidianidad.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1999, comisiona a Morin para plasmar en síntesis, él cómo y los cuáles son los siete saberes para la Educación del futuro, y él propositivamente encarar así el problema: las cegueras del conocimiento(el error y la ilusión); los principios de un conocimiento pertinente; enseñar la condición humana; enseñar la identidad terrenal; enfrentar las incertidumbres; enseñar la comprensión; y la ética del género humano.
Gardner por su parte, diserta propositivamente sobre las cinco mentes del futuro, y por su parte encara así el problema: la mente disciplinada; la mente sintética; la mente creativa, la mente respetuosa y la mente ética. El texto reflexivo seminal Informe de la Comisión Internacional sobre la Educación de la UNESCO para el Siglo XXI, que se tituló “La Educación encierra un tesoro”, informe llamado también Delors (encabezado por el político francés Jacques Delors, presidente de la Comisión Europea entre 1985 y 1995), habla de la Educación integral como la “utopía necesaria”, y se estriba la problemática en 4 pilares: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser.
-Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión (Morin) y enfrentar las incertidumbres (Morin)
¡La mayor ilusión y el mayor error, es el creernos tanto individualmente y como especie, que todo cuanto sabemos y teorizamos es verdad! Olvidamos que todo es producto de nuestra maquinaria genética-cognoscitivo-sensoperceptual, de nuestro contexto eco-social. Lo más común son nuestros errores mentales, intelectuales, de la razón y sin contar nuestras cegueras paradigmáticas. De estas cegueras paradigmáticas la más descollante y lesiva, ha sido la occidental cartesiana (quizás concebida desde los principios u oposiciones pitagóricas) con su dualidad cuerpo-mente, sujeto-objeto, forma-función, molar-molecular, teleonomía-teleología, calidad-cantidad, etc. Hemos sacrificado nuestra racionalidad, idealidad, realidad y juicio, en veras de la búsqueda objetiva de la razón, hemos hecho racionalismos, idealismos, realismos y prejuicio, y sumergidos en el ámbito de los cuerpos doctrinales, las creencias, las teorías y las ideologías, hemos hecho racionalismos que ignoran todo lo que es lo humano, y que son incapaces de una crítica endógena. Estos cuerpos de información paradigmáticos como las creencias y las teorías, son entes enajenantes, que son infecto-contagiosos, y parasitan epidémicamente las mentes. La invitación es a suspender nuestro hábito de caer en la tentación de la certidumbre.
-Los principios de un Conocimiento pertinente (Morin), la Mente Disciplinada (Gardner), la Mente Sintética (Gardner), y la Mente Creativa (Gardner)
Se han desgastado mentes brillantes discursando en fenómenos del idealismo y el racionalismo puros, y se ha invertido tiempo y conciencia valiosa en problemas falsamente in-complejos. El futuro necesita que todo cuanto sea un quehacer cognitivo sea contextual, global/sistémico, multidimensional y complejo. Todo tiene lugar y sitio, es entramado, es complexus, en todo hay aparentes “conexiones ocultas (tema y título de un libro del físico Fritjof Capra)”. Gardner invita a que los temas deben ser abordados de varias maneras, de una manera disciplinar en comienzo, desde cuatro disciplinas generalizadoras e irreductibles “propedeúticas” entre sí y no en ninguna forma “hermeneúticas”: científica, matemática, histórica y artística. Dice Gardner que una disciplina es una manera someramente característica de concebir el mundo. Pero Gardner también somete la palabra disciplina a la acepción necesaria de que necesitamos a futuro gente disciplinada, gente con capacidad de habituarse a indagar a curiosear el mundo desde el contexto, multi- y trans-disciplinario. Sintetizar es comprender, y comprender es tanto comprimir como entender, por tanto comprender es aprender y re-aprender. No obstante, se debe cautivar la capacidad sintetizadora de la mente humana, peormente hoy en el mar tormentoso de información, de datos y datos. Sólo si como humanos jugamos a la dicotomía monodisciplinar-polidisciplinar como un continuum, precisaremos un reduccionismo no reduccionista, un verdadero pensamiento crítico, que redundará en utilidad con impacto en la borrasca informativa babeliana (teoría del filósofo postmodernista Gianni Vattimo).
-Enseñar la condición humana (Morin)
La multidimensionalidad humana es cósmica universal, física, terrestre y ante todo “humana”. Es triste que nos desconozcamos, que a la vez en nuestra humanidad somos uniduales (cuerpo-mente) o mucho mejor “uni-triales” -cerebro-mente-cultura-. Como seres emocionales, donde el -dolor, la ansiedad, la alegría, el amor- son ejes y motores (e-motion, motif/motive) de nuestra humanidad, casi siempre nos olvidamos que desde el más pequeño al más grande de los autores, de los científicos y de los artistas, crean desde el afecto, desde la emoción, desde el deseo. No sé en que momento los movimientos del modernismo desvirtuaron en su mayoría tanto lo trascendental que es el humano en veras de objetivar lo que nace desde la subjetividad plena. Una retaliativa esperanzadora a esto surge desde el modelo biopsicosocial de la unidad trinitaria del hombre, desde la teoría de sistemas, este modelo surge como alternativa a la nosología, y quizás la primera aproximación es del médico psiquiátrica George Engel. Morin denota que la situación humana de los humanos en razón a todo lo expuesto es “unitas multiplex” y “homo complexus”, y la condición ante todo social es expuesta por el científico germano Carsten Bresh en el plural como “hominites sapientes”.
-Enseñar la identidad terrenal (Morin)
¡Nos hemos concentrado mucho más en el ser, y no en el estar… en el estar… en el estar en el planeta…en el cosmos! El pacto natural hombre-naturaleza se ha roto, y este quebranto ha sido cada vez más crítico, en la medida en que ha avanzado la “era planetaria”. Para no ir más lejos, hoy son subverticios aún términos como “Naturbanización”, “Ecovivienda”, “Ecosofía”, “Ecópolis”… pero bueno… ya se oye, esperemos que se escuche resonantemente. En qué momentos nos creímos el profetismo facticio de que somos el Adán dueño del Edén que plantea la mitología judeo-cristiana?... La crisis natural es evidente, hemos roto este pacto, y lo cierto es que falsamente pensamos que el planeta está muriendo, pero en verdad lo que sucede es que la biosfera del planeta se adapta y seguramente como lo ha demostrado tantas y tantas veces, la interacción gea-bio es un patrón emergente, habrá con seguridad muchas más especies ecuménicas el día que no estemos. La hipótesis de la Gaia del inglés James Lovelock nos recuerda que sí, que la vida… que la biosfera…es la que se autorregula y se autogenera, que ella es quien mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, que si bien en la Tierra hubo unas condiciones iniciales (deterministas no lineales, caóticas) a las cuales la vida se adaptó, ahora la vida per sees quien afecta el entorno, lo modifica, lo cambia a favor de ella.
Hablamos de ciencias agronómicas, ciencias de la tierra (geología, geodesia…) pero el contexto para estas ciencias recién lo estamos comprobando, se ha cientifizado tanto de la Tierra, pero sin el protagonismo de la Tierra. Esperemos que lo que se ha dado a denominar como “desarrollo sostenible, perdurable o sustentable” formalizado por primera vez en el 1987 en el Informe Brundtland (-llamado así porque la comisión fue encabezada por la política noruega Gro Harlem Brundtland- de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, de las Naciones Unidas) sea meta y reto ha futuro, buscando y formulando alternativas soportables, viables y equitativas, desde lo económico, lo social y lo ecológico.
-La ética del género humano (Morin), Enseñar la compresión (Morin), la mente respetuosa (Gardner) y la Mente ética (Gardner)
Nos olvidamos que este Ethos debe ser universal, con todo y con todos, respetando “los deberes y derechos” desde una verdadera demo-cracia, que vire su actual formulación hacia un polidimensionamiento, hacia la tolerancia comprensiva de lo divergente, de la polisemia (polisignificantes-polisignificados), que reitere nuestro papel como ciudadanos y conciudadanos entre nos y el mundo. Es idiota y falaz que se hable de las ciencias del terrorismo, y que no estemos tozudamente luchando por comprender el instinto agresivo animal y la conflictiva humana, que va mucho más allá de las consideraciones socio-económicas y geo-políticas. Bella la disertación de Gardner, cuando preconiza que ese Ethos se logra al inspirar el sentimiento humano hacia la integridad, la transparencia, la imparcialidad y el desinterés, y Morin también plantea que la comprensión nos pide comprender la incomprensión. La verdadera “demo-cracia” como presupuesto ideal del hombre político, debiera fundamentarse sobre lo que preconiza Gardner. Ha futuro deberemos focalizar como combatir los anti símbolos gregarios, es decir los “dia-bolos” tales como el egocentrismo, el etnocentrismo y el sociocentrismo. Deberemos también promover el ethos con nuestro contexto terrícola, un bio-ethos, un eco-ethos, un geo-ethos coexistentes armoniosamente con unanthropos-ethos. La palabra y el significado que conllevan “Eco-nomía” y “Eco-logía” deben ser religadas, la administración y el conocimiento de la Gea, es lo mismo y en el mismo sentido, no podemos seguir vulnerando el planeta.
-La Síntesis Delorsiana: “Conocer”
La palabra “conocer” es aún en estos albores milenarios -después de miles de años de civilización y un falsamente hiperbolizado avance científico (ante todo en la matriz histórica del Siglo XX, y el incipiente Siglo XXI)- bastante amplia, disímil, harta y enigmática… ni siquiera nuestro supuesto mayor avance en la filosofía de la mente, en la epistemología, nos han dado un suelo lo suficientemente fuerte y sólido para pronunciar oraciones definitorias en relación a qué son la mente, la psique, la conciencia, el yo. La “Gnosis” (el mismo “Veda” del sánscrito indoeuropeo histórico) es ser, es hacer, es teorizar, es aplicar, es comprender…”es”… El informe Delors al manifestar y concretar que hay que promover el aprender a conocer (un saber), el aprender a hacer (el saber hacer –habilidad-) y el aprender a ser (saber ser -actitud, auxología, ética, moral-), encara la disyuntiva de Morin y Gardner que ellos postulan bajo los cambios de paradigma en torno al error y la ilusión, el enfrentamiento de las incertidumbres, la búsqueda de la pertinencia, lo disciplinar y la disciplina en la mente, la síntesis y la creación. El aprender a vivir juntos forma parte de esta identidad y condición humana en el planeta, es parte de esa “Gnosis”.
Conclusión(es), incertidumbres, interrogantes, esperanzas, confianzas (-de con fé-), ucronías y utopías
Los humanos de hoy tenemos un compromiso inequívoco, intransferible, ineludible y definitivo con la especie, y si los que estamos involucrados en el proyecto educativo y en la búsqueda de la felicidad del individuo como fin último de la especie, ya sea en cualquiera de los 4 grandes dioramas (arte, academia, negocios, deporte), si no jugamos a ello, estamos destinando a la barbarie de la humanidad, a la barbarie del ethos, a la barbarie política, a la barbarie mental, a la barbarie informática…., tal vez los comportamientos humanos que desdeñamos dolorosamente sean simplemente el instinto representado en la barbarie. Identicidad (de idéntico) es distinto a identidad, la identidad se construye sobre la autonomía y la integridad, y no sobre la incapacidad y la insensibilidad! Debemos decidir si nos damos hacia el cambio, o si la posición ortodoxa conservadurista soberbia y rígida sigue rigiendo la matriz existencial humana, o si como Gardner, nos concientizamos que algunas prácticas, técnicas y tecnologías de la pedagogía no están funcionando debidamente, o si también somos reaccionarios a que estamos a comprender que somos/estamos en otros tiempos, en otros contextos, y hay una necesidad de promover la adaptación.
Bibliografía/Referencias sugeridas para profundizar
-Delors J. Los cuatro pilares de la Educación. En: La Educación encierra un tesoro. Informe UNESCO, 1996; Base de datos de UNESCO(Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la Cultura): París(Francia): http://www.unesco.org/education/pdf/DELORS_S.PDF
-Gardner H. Las cinco mentes del futuro: un ensayo educativo. Barcelona(España), Editorial Paidós Asterisco, 2005.
-García GA. Ocio: creatividad y aprendizaje de lo divino y lo humano -un dilema mal entendido en el paradigma educativo contemporáneo. Rev Médica Sanitas 2009; 12: 54-65.
-Maturana H, Varela, F. El árbol del conocimiento. Madrid (España), Editorial Debate, 1996.
-Maturana H, de Razepka SN. El sentido de lo humano. Santiago de Chile (Chile), Editorial Dolmen, 1997.
Morin E. Los siete saberes necesarios para la Educación del futuro. Bogotá(Colombia), Editorial Unesco-MEN, 2000.
Comunidad de Educadores para la Cultura Científica @comunidadCECC
La Comunidad de Educadores para la Cultura Científica es una iniciativa promovida desde IBERCIENCIA de la OEI que ya cuenta con más de 3.000 miembros.
Esta coordinada por Óscar Macías y Joaquín Asenjo y se centra en unos materiales desarrollados por Mariano Martín Gordillo. Cuenta con un amplio equipo asesor entre los que destaca el equipo docente del Diploma de Especialización en Divulgación y Cultura Científica, el Grupo CTS de la Universidad de Oviedo y el Grupo ARGO |
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3 de octubre de 2014
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