El Alquimista. Paulo Coelho
Mezquita de Córdoba
El muchacho se llama Santiago y era pastor en Andalucía. Hijo de una humilde familia campesina, sus padres habían conseguido que estudiara para sacerdote.
Pero el chico siempre había soñado con ver mundo, y por eso abandonó el seminario, compró un rebaño de ovejas y empezó a recorrer los caminos.
Así empezó su propia búsqueda, casi sin darse cuenta. Dos años después de partir de su casa, una gitana le interpretó un sueño y le predijo que un gran tesoro estaba esperándole en las Pirámides de Egipto, por lo que Santiago se decidió a cruzar el Estrecho y encaminarse al país de los faraones.
Pero su viaje se acabará convirtiendo en un inesperado trayecto por el interior del Mundo y de las Cosas.
El pastor, paso a paso, comprenderá la verdad de su existencia y aprenderá a vivir en completa y continua comunicación con el Mundo, pasando a formar parte de Todas las Cosas, porque la suya es una Búsqueda Personal, un camino de superación, una senda abierta que le descubrirá los secretos y las razones.
Su tesoro estará esperándole en las Pirámides, o quizá no, pero dará igual, porque tiene un sueño que cumplir y, mientras lo persiga, dará un sentido a su existencia. El desierto, el oasis, la guerra, los compañeros, el amor..., serán lo hitos que le guiarán a través de todos los interrogantes hacia todas las respuestas.
El muchacho se llamaba Santiago. Llegó a la pequeña iglesia abandonada cuando ya estaba anocheciendo. El sicomoro todavía continuaba en la sacristía, y aún podían verse las estrellas a través del techo semiderruido.
Su tesoro estará esperándole en las Pirámides, o quizá no, pero dará igual, porque tiene un sueño que cumplir y, mientras lo persiga, dará un sentido a su existencia. El desierto, el oasis, la guerra, los compañeros, el amor..., serán lo hitos que le guiarán a través de todos los interrogantes hacia todas las respuestas.
Yendo por el camino, entraron en un pueblo.
Y una mujer, llamada Marta, lo hospedó en su
casa.
Tenía ella una hermana, llamada María, que se
sentó a los pies del Señor y permaneció escu-
chando sus enseñanzas.
Marta se agitaba de un lado a otro, ocupada en
muchos menesteres. Entonces se aproximó a Je-
sús y le dijo:
-¡Señor!¿No te importa que yo esté sirviendo
sola? ¡Ordena a mi hermana que venga a ayu-
darme!
Respondió el Señor:
-¡Marta! ¡Marta! Andas inquieta y te preocu-
pas por muchas cosas.
"María, en cambio, eligió la mejor parte, y ésta
no le será arrebatada.
Lucas X, 38-42
El Alquimista cogió un libro que alguien de la caravana había traído. El volumen estaba sin tapas, pero logró identificar a su autor: Oscar Wilde. Mientras lo hojeaba, encontró una historia sobre Narciso.
El Alquimista conocía la leyenda de Narciso, un hermoso muchacho que todos los días que todos los días iba a contemplar su propia belleza en el lago. Estaba tan fascinado por sí mismo que un día cayó dentro del lago y murió ahogado.
En el lugar donde cayó nació una flor a la que llamaron narciso.
Pero no era así como Oscar Wilde ponía fin a la historia.
Él decía que cuando Narciso murió, vinieron las Oréiadas -diosas del bosque- y vieron el lago transformado...
En el lugar donde cayó nació una flor a la que llamaron narciso.
Pero no era así como Oscar Wilde ponía fin a la historia.
Él decía que cuando Narciso murió, vinieron las Oréiadas -diosas del bosque- y vieron el lago transformado...
El muchacho se llamaba Santiago. Llegó a la pequeña iglesia abandonada cuando ya estaba anocheciendo. El sicomoro todavía continuaba en la sacristía, y aún podían verse las estrellas a través del techo semiderruido.
Autor: Paulo Coelho
Título: O Alquimista
Traducción del portugués: Juan Godo Costa
Editorial: Ediciones Obelisco, S.L.
Ilustración: Mark Bannerman
Nº Páginas: 171
Título: O Alquimista
Traducción del portugués: Juan Godo Costa
Editorial: Ediciones Obelisco, S.L.
Ilustración: Mark Bannerman
Nº Páginas: 171
Nació en Río de Janeiro en 1947. Hijo de una familia acomodada, inició estudios de Derecho aunque su espíritu inquieto no soportó la rigidez académica y dejó la universidad antes de acabarlos.
A partir de ahí hizo un poco de todo: dirigió un periódico alternativo, enseñó teatro, trabajó como profesor...hasta que se lanzó a viajar por el mundo, lo que le llevó a Europa. Fue allí donde halló el estado de ánimo y la energía necesarios para cumplir un viejo sueño que tenía desde niño: ser escritor.
Publicó su primera novela, El diario de un mago, a la que siguió El alquimista y Paulo Coelho se convirtió rápidamente en un auténtico fenómeno editorial. Ha publicado también Brida y Las Walkirias.
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