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martes, 24 de enero de 2012

La Universidad de Granada celebra el Año del Dragón


Foto y vídeo: J. G. Hinchado
El año del dragón es el año de la suerte para los chinos, pues se consideran descendientes del mismo. Más allá de que en su país la natalidad aumenta exponencialmente -todo el mundo quiere tener un hijo nacido en este año-, es una oportunidad perfecta para hacer alarde de cultura y difundirla allende el globo. En la Universidad de Granada, es su homóloga de Yangzhou la que a través del Instituto Confucio ha enviado una legación de Bellas Artes para celebrar el año nuevo.
Un espectáculo de poco menos de 40 minutos que va a recorrer las seis universidades españolas con sedes del Instituto Confucio y que en Granada ha ocupado el Aula Magna de Filosofía y Letras para combinar las danzas tradicionales de Año Nuevo en China con música clásica del país asiático remezclada, exhibiciones de Artes Marciales e incluso 'O sole mio' interpretado por el mismísimo decano de Bellas Artes de Yangzhou, tenor multipremiado.
Anualmente, el Instituto Confucio de Pekín ofrece a sus universidades chinas colaboradoras la oportunidad de una gira por sus sedes en el extranjero para celebrar el Año Nuevo con una muestra de cultura del Imperio del Medio. La Universidad de Granada es una de las que másestudiantes chinos de intercambio reciben en España y de las pocas que oferta el mandarín entre su oferta de idiomas, incluyendo variaciones de reciente implantación como el cada vez más imprescindible chino de negocios.
El programa de los jóvenes de Yangzhou arrancó con la danza del Recorte del Papel, donde los movimientos de las bailarinas se inspiraban en el arte tradicional del recorte de papel, donde la forma y el ritmo tiene su base en los escorzos de la tijera o el buril mientras diseña las flores sobre la hoja. Esta combinación de danza y artes tradicionales se da también en 'El loto que sale del agua', donde la cítara tradicional china, el baile y la exhibición de caligrafía se conjugan en un solo espectáculo acompasado.
Pero en cuanto a espectacularidad, es la representación de la pieza de la Ópera de Pekín -Patrimonio Inmaterial de la Humanidad-, 'La reina borracha', la que se lleva la palma. Con vestidos y adornos diseñados y fabricados por los propios alumnos de Bellas Artes de Yangzhou, la breve pieza, interpretada en gran parte 'a capella', es una de las más conocidas del género pekinés y la más representativa de la llamada 'Escuela Mei'.
Después, le sigue una exhibición del 'wushu', arte marcial poco conocida fuera de China pero de tradición milenaria, utilizada tanto como fórmula de autodefensa como de mantenerse en forma. La exhibición incluye movimientos individuales y de grupo y el uso de espadas y escudos ornamentales que aumentan la espectacularidad de la representación.
El cierre es inesperado en una muestra de cultura china, pero justificado por los protagonistas. El decano de Bellas Artes de Yangzhoy, Zhang Meilin, tenor reconocido hasta el punto de recibir en 2003 la medalla de oro de la Fiesta Internacional Verdi de Ópera en Hungría, emuló a Pavarotti entonando el 'O sole mio' como "una canción dulce delicada a la patria". Minutos antes, el mismo Meilin ejecutaba una breve representación de caligrafía que quedará como recuerdo en la sede del Instituto Confucio de Granada.
Fuente

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